domingo, 29 de marzo de 2015

Aparición de la lengua romance en los Reinos de Asturias y León

En el siglo VIII, la lengua de la Iglesia y la administración era tan diferente de la hablada que ya se puede pensar en dos sistemas diferentes: el latín y el romance. Esta evolución a lo largo del tiempo dio lugar a que a mediados del siglo X aparezcan los primeros documentos con expresiones escritas en lengua romance en diversos monasterios de Asturias y León. Como por ejemplo el manuscrito de la Nodicia de Kesos, donde el romance de esa época sustituye al latín en un acto rutinario de compra-venta. Se considera a la lengua de este escrito como la antesala del asturleonés. Del latín escrito en los siglos X y XI, muy alterado por la lengua romance local se encuentra un fondo documental muy importante procedente de los monasterios leoneses de Sahagún, Otero de Dueñas y la Catedral de León.

Fuente: wikipedia.com

Bajo el criterio de Hanssen, no compartido actualmente por la comunidad lingüística, el leonés no sería sino castellano hablado por individuos cuyo dialecto primitivo era el gallego y que fueron castellanizados. Esto explicaría, según este autor, el mantenimiento de la -o- de una parte, y por otra, la falsa aplicación del diptongo a palabras que en castellano lo repudian por otra. En este mismo sentido se muestra Staaf. Menéndez Pidal conseguiría demostrar la existencia de supuestos de diptongación anteriores en el tiempo al predominio castellano, fijando la existencia de criterios propios y distintos en orden a la traslación de las vocales latinas breves -e- y -o-. Para este autor el grupo asturleonés sería consecuencia del aislamiento de las modalidades dialectales más occidentales del primitivo romance peninsular central como consecuencia de la irrupción del castellano y de la latinización tardía de grupos primitivamente vascófonos, que romperían la primitiva unidad linguística de la península. Señala así Menéndez Pidal en Orígenes del Español: ...la nota diferencial castellana obra como una cuña que, clavada en el Norte, rompe la antigua unidad de ciertos caracteres comunes románicos antes extendidos por la Península y penetra hasta Andalucía, escindiendo la antigua uniformidad dialectal, descuajando los primitivos caracteres lingüísticos del Duero a Gibraltar, esto es, borrando los dialectos mozárabes y en gran parte también los leoneses y aragoneses, y ensanchando cada vez más su acción de Norte a Sur para implantar la modalidad especial lingüística nacida en el norte cántabro. La gran expansión de la lengua castellana no se realiza sino después del siglo XI, es decir, después de la fecha que nos hemos impuesto como término a este estudio. Según la tesis tradicional seguida por Menéndez Pidal las lenguas del grupo asturleonés vendrían a ser el resultado (dialectal en expresión de Menéndez Pidal) de un proceso inacabado de integración lingüística de las lenguas peninsulares, en el que el asturleonés sería muestra de los substratos primarios de este proceso. En tal sentido Menéndez Pidal considera al Leonés o Asturleonés, junto al Castellano en sus distintas variedades, al Mozarabe y el Navarro-aragonés uno de los cuatro grupos dialectales dentro de la península ibérica que contribuyen a la formación de la lengua española. Para Menéndez Pidal, el dioma asturleonés sería el resultado del aislamiento de las variedades dialectales más occidentales del romance peninsular central por causa de la irrupción del castellano, el cual haría cesar la primitiva continuidad geográfica de ciertos rasgos comunes del Oriente y del Occidente.

Fuente: wikipedia.com